¿Cómo las aplicaciones de citas han cambiado nuestra vida sentimental?

Si le preguntas a tus padres cómo se conocieron, tal vez te cuenten una historia que parezca más antigua que el Paleolítico; incluso, tus hermanos o primos mayores puede que se hayan tenido que currar un montón de citas a ciegas, ensayos y errores o limitarse a buscar el amor en su reducido círculo de amigos.

La realidad es que en solo un par de décadas todo ha cambiado mucho, incluso la forma de encontrar pareja. ¿Mejor? ¿Peor? Digamos que diferente. Como todo cambio, las aplicaciones de citas han traído múltiples ventajas para sus usuarios, aunque sus detractores también enumeren algunos puntos en contra.

Del cara a cara al encuentro digital

En estos tiempos que corren, todo pasa primero por una pantalla digital. Desde la compra de nuestros artículos básicos, hasta una investigación académica y, ¿por qué no?, también la búsqueda de nuestra media naranja.

Con la aparición de las aplicaciones de citas, ligar con alguien perdió el «encanto» de la sorpresa, pues antes vimos un par de fotos y un perfil detallado de cada aspirante. 

Esto puede ser un pro o un contra, según desde dónde se mire. Se pierde la «magia» de la sorpresa y lo inesperado, pero en definitiva, el amor virtual ahorra tiempo, energía y malos ratos, ya que se va al encuentro con más información y eso disminuye en gran medida la posibilidad de un fracaso.

Para los hombres tímidos o inseguros sobre cómo abordar las citas con mujeres desconocidas, saber con antelación sus gustos y deseos los prepara de manera positiva; de alguna forma, juegan con ventaja.

Para las mujeres demasiado selectivas o desconfiadas, las aplicaciones de citas le dan una base de seguridad que disminuye su aprehensión y aumenta las probabilidades de éxito.

Aplicaciones de citas que rompen el hielo y los estereotipos

Otra gran ventaja que ha traído la aparición de las aplicaciones de citas, más allá de la amplificación de la oferta, es que permiten conversaciones o encuentros virtuales previos para romper el hielo, que a veces congela la idea de una primera cita cara a cara. 

Por otra parte, estas aplicaciones se han diversificado tanto que ahora es posible encontrar pareja sin importar el lugar geográfico en el que estemos o cuál sea nuestra inclinación sexual. Este es un punto que ha sido muy apreciado por la comunidad LGTB+ y por las personas mayores que, tal vez, no se atreven a «volver al ruedo» o no se sienten listas para tener un encuentro físico. 

Las aplicaciones de citas han crecido tanto en los últimos años porque ofrecen variedad, seguridad y comodidad para sus usuarios. También es cierto que, como en cualquier otra parte, hay que tener precaución y tomar los recaudos necesarios para que cada contacto o encuentro sea una experiencia agradable y positiva.La oferta es infinita y la demanda sigue en auge. Si bien esto puede convertir al amor en una commodity, en un producto a veces desechable o en algo más «superficial», no podemos negar que estas apps llegaron para facilitar los encuentros románticos en un mundo que cambió las reglas de juego en todos los sentidos.

La inteligencia artificial y los algoritmos pueden ser héroes o villanos según cada caso. Hemos sustituido el contacto físico por el virtual en la mayoría de nuestros actos diarios. Enamorarnos no tenía por qué ser la excepción.

A pesar de que los encuentros virtuales tienen sus detractores y aunque se haya «deshumanizado» un poco el sentimiento más humano de todos —el amor—, lo cierto es que cada día miles de personas se suman a alguna de estas aplicaciones de citas para encontrar una pareja casual o un/a compañero/a para toda la vida. ¡Y muchísimos lo logran!